Estatinas, colesterol y mortalidad

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Las estatinas y otros del género farmacológico destinado para la reducción del colesterol, son unos de los medicamentos más ampliamente prescritos, están vinculadas a un número alarmante de problemas de salud.

Miles de personas, acaban muertas por medicamentos con receta médica todos los días.

Muchos de los medicamentos comúnmente recetados tienen efectos secundarios muy nocivos para la salud, pasados por alto por los médicos (algunos, gracias a dios).

Las estatinas funcionan bloqueando la producción del colesterol, vital para el mantenimiento de la salud en un individuo sano, ya que conforma todas nuestras hormonas esteroideas. Además, es empleado para la creación de la membrana de nuestras células (bicapa lipídica).

También interfiere con la capacidad del cuerpo para producir coenzima Q10, vital para la energía celular, especialmente ubicada en el corazón, hígado, riñones y el páncreas. Esta coenzima participa en la respiración celular mejorando la oxigenación en tejidos viscerales, musculares y otros, reduciendo con ello enfermedades relacionadas con la hipoxia celular ( asfixia celular).

De manera que, aquellas personas que se sienten cansadas, con dolor muscular, pérdida de memoria, etc, la suplementación de coenzima Q10 se vuelve estrella como tratamiento contra dichas desregulaciones.

Y parece curioso destacar que justo aquellas personas que son recetadas con estatinas presenten estos síntomas por la deficiencia.

La producción de colesterol es regulada directamente por la concentración del colesterol presente en el retículo endoplásmico de las células, habiendo una relación indirecta con los niveles plasmáticos de colesterol presente en las lipoproteínas de baja densidad (LDL por su acrónimo inglés). Una alta ingesta de colesterol en los alimentos conduce a una disminución neta de la producción endógena y viceversa.

Es decir, el índice de colesterol en nuestro cuerpo es regulado por el propio organismo. Frenando la producción de este si consumimos alimentos como fuente de colesterol, y viceversa, si nuestra alimentación presenta una mínima cantidad de dicho lípido esteroideo será nuestro propio organismo el que lo construya.

El colesterol es vital para el mantenimiento de nuestra salud y tratar de reducirlo de forma inhumana, como seres divinos superiores, es de poca coherencia y mucho sentido del humor ( obviando las muertes que esto conlleva a diario).

Los seres humanos presentamos distintas concentraciones de este lípido. Por ello, establecer y diagnosticar una cantidad determinada para toda la población es un error. Hay personas que presentan cantidades por encima de lo establecido y demuestran una salud de hierro. Y se sabe que, a través de los aminoácidos aromatizados lo producimos junto a muchas otras sustancias tras la exposición de los rayos solares ( atrapando fotones).

Dicho esto, debemos establecer un régimen de actuación si nuestro objetivo es mantener la salud y olvidarnos del colesterol en sangre.

La primera de ellas es tener presente que una alimentación rica en cereales y ultaprocesados aumenta el LDL ( lipoproteina de baja densidad) a niveles preocupantes, volviéndolo más “pegajoso” y acumulándose en las paredes arteriales. Por ello, mezclar carnes o alimentos grasos con otros altos en carbohidratos puede acabar aumentando el colesterol “malo”.

En segundo lugar, la otra parte del colesterol está compuesto de HDL( lipoproteina de alta densisdad) presentando altas cantidades de este las carnes rojas. Este (HDL), presenta una gran ventaja ya que actúa como transportador del colesterol hasta el hígado para ser procesado por él.

En conclusión, se puede tener niveles adecuados de colesterol en sangre compuesto de LDL, en su mayoría, y por ello ser preocupante, al igual como presentar altos niveles de colesterol en sangre compuesto de HDL y vivir despreocupado.

Buena vibra

S&D.G

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